martes, octubre 16, 2007

un museo


Lunes, segunda parte. Luego del frustrado intento de comer Suspiro Limeño en Lima, nos subimos, felices y confiados a una micro que nos llevaría raudamente a nuestra tarde de museo. (Porque, paseo que uno haga, aunque sea sólo tour gastronómico, debe pasar por lo menos por un museo). La micro, que seguro no tenía amortiguadores, nos dejó rápidamente al descubierto en nuestra condición de turistas, cuando volamos por los aires gritando, al primer lomo de toro que se encontró en la calle.

El museo en cuestión fue el museo Amano.
La siguiente parada, chocotejas Helena.

Así seguimos, obviamente, a nuestro estómago, que nos llevó a Café Laritza, a ver que tal los helados (regios-estupendos), a ver que tan intelectuales andabamos, Librería El Virrey, donde no compré nada pero si conocí a bello gato, para culminar en gloria y majestad en “La 73”, llamada asi porque por ahí pasa la micro 73….rico, rico, rico.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal